Escribí renglones que se asomaban a tu piel, mientras contemplaba los matices. Como en una pintura... Ensortijados rizos, descansando en una espalda desierta. Rebeldes pechos redondeados, que protestan a su propia belleza, ¡y apuntan al mar! como en la canción. Escribí palabras que dibujaban tu silueta. Atravesé de puntillas los pasillos hasta tu puerta. Y te imaginé. ¡Ah! que insensatez, que temeridad. Terrible pecado tocarte con los ojos cerrados. Querer saborearte , y escucharte... Querer sentir el escándalo de la seda al despeñarse desde tus hombros. Escribí renglones, a ti, mujer. Siempre culpable, siempre musa de mi mar, de mis "bolis" mordidos, de mis "enmimismamientos". Escribí unos versos...para poner a hervir todas las bellezas en un crisol, maldije las manecillas durante unos instantes, y listo. Ahí estabas otra vez... Escribí unos versos... Para ti.
Musas

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